Extracción Final de Pectina: Saca la bolsa de muselina de la olla. Con cuidado de no quemarte, exprímela sobre la olla con una cuchara o presionándola entre dos platos para extraer hasta la última gota de ese gel lleno de pectina. Este paso es crucial; no lo omitas.
Disolver el Azúcar: Añade todo el azúcar a la olla. Calienta la mezcla a fuego muy bajo, removiendo constante y suavemente hasta que cada último grano de azúcar se haya disuelto por completo. Esto es critical. Si el azúcar no se disuelve totalmente antes de hervir, puede cristalizarse en los tarros later.
Hervir a Perfection: Una vez disuelto el azúcar, añade la nuez de mantequilla opcional (ayudará a minimizar la espuma). Sube el fuego a alto y lleva la mezcla a un hervor vigoroso y rodante que no se pueda remover.
Tiempo de Cocción: Esto puede tomar entre 20 y 40 minutos. No la abandones. Espumar: Si se forma espuma en la superficie, retírala con una cuchara para una mermelada más clara.
Probar el Punto:
Prueba del Plato Frío (Método Tradicional): Después de unos 20 minutos de hervor, empieza a probar. Pon una pequeña cantidad de mermelada en el plato frío del congelador. Déjala un minuto. Empújala con el dedo; si la superficie se arruga, ha llegado al punto de gelificación. Si no, continúa hirviendo y repite la prueba cada 5 minutos.
Prueba del Termómetro (Método Preciso): El “punto de gelificación” se alcanza a 104.5°C – 105°C (220°F – 221°F). Este es el método más fiable.
Reposo Final: Una vez alcanzado el punto, retira la olla del fuego inmediatamente. Deja reposar la mermelada durante 10-15 minutos. Esto permite que las cáscaras se distribuyan uniformemente por el tarro en lugar de flotar todas en la parte superior.
