Pon un poco de sal gruesa y orégano en tus manos, me lo agradecerás.

Limpia profundamente, eliminando células muertas a la vez que activa la microcirculación.
Purifica de forma natural, sin añadidos químicos.
Se ha utilizado durante generaciones en rituales de bienestar para “alejar la tensión” y reenfocarse.
Su grano es ideal para una exfoliación exprés… ¡sin necesidad de spa!
Orégano, mucho más que una hierba para la pizza

Detrás de su apariencia aromática, el orégano esconde propiedades sorprendentes:

Antibacteriano natural , ayuda a mantener la piel sana.
Calmante, puede aliviar pequeñas molestias en la piel.
Aromático, su reconfortante aroma actúa como una sesión de aromaterapia exprés.
En algunas culturas, incluso se asocia con la serenidad y la abundancia.
Suficiente para darle a tus manos (y a tu día) un nuevo brillo.

Cómo realizar este ritual de bienestar en casa
Lo que necesitas:
1 cucharada de sal gruesa
1 cucharadita de orégano seco (o unas hojas frescas)
Opcional: unas gotas de aceite de oliva o agua tibia.
El método de 5 pasos:
Coloque la sal y el orégano en las palmas de las manos limpias.
Frótese suavemente las manos durante 1 o 2 minutos.
Concéntrese en el movimiento: respire, libere la tensión.
Añade un poco de agua o aceite para obtener una textura más suave, si es necesario.
Enjuague con agua tibia y luego seque sus manos suavemente.
Haz esto por la mañana para empezar bien el día o por la noche para aliviar la tensión acumulada.

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