Muslos de Pollo al Horno

Preparación:
Etapa 1: Preparación del horno y la bandeja
Precaliente el horno a 220°C (425°F), asegurándose de que la rejilla esté posicionada en el centro para garantizar una distribución uniforme del calor. Esta temperatura elevada es crucial para lograr el equilibrio perfecto entre una piel crujiente y dorada y una carne jugosa y bien cocida. Mientras el horno alcanza la temperatura adecuada, prepare meticulosamente la bandeja de horneado cubriendo una bandeja grande con papel de aluminio para facilitar la limpieza posterior. Coloque una rejilla de alambre sobre la bandeja forrada. Esta técnica es fundamental ya que permite que el aire caliente circule completamente alrededor de cada pieza de pollo, asegurando un dorado uniforme y evitando que la parte inferior se humedezca por el contacto directo con la bandeja.

Etapa 2: Secar el pollo
Este paso es absolutamente crítico para obtener resultados óptimos. Utilizando toallas de papel absorbentes, seque meticulosamente cada muslo de pollo, prestando especial atención a la piel. La humedad superficial es el enemigo principal de una piel crujiente, por lo que debe eliminarse completamente. Pase la toalla por toda la superficie, incluyendo los pliegues y cavidades donde tiende a acumularse la humedad. Para mejores resultados, puede colocar los muslos sobre toallas de papel y dejarlos reposar a temperatura ambiente durante 10-15 minutos adicionales, permitiendo que cualquier humedad residual se evapore naturalmente. Este proceso de secado es lo que marca la diferencia entre una piel simplemente cocida y una piel perfectamente crujiente.

Etapa 3: Sazonar los muslos de pollo
Coloque los muslos de pollo secos sobre la rejilla preparada o en un recipiente grande para facilitar el manejo durante el sazonado. Vierta el aceite de oliva uniformemente sobre todos los muslos, utilizando las manos para frotar y distribuir el aceite por toda la superficie de cada pieza, asegurándose de cubrir tanto la piel como las áreas expuestas de carne. Este proceso de frotado no solo distribuye el aceite, sino que también ayuda a que los condimentos se adhieran mejor. Posteriormente, espolvoree generosamente el condimento para pollo o condimento italiano sobre todas las piezas, seguido de sal y pimienta al gusto. Frote nuevamente los condimentos sobre la superficie para asegurar una cobertura uniforme y completa. No escatime en el sazonado, ya que parte se perderá durante la cocción y el pollo necesita estar bien condimentado para desarrollar sabores profundos y complejos.