Los 8 alimentos más dañinos para la próstata

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Productos lácteos convencionales: cuidado con el exceso

Leche, queso, yogur… En cantidades excesivas, pueden interferir con la absorción de vitamina D, esencial para la salud de la próstata. Algunos estudios también sugieren una relación entre el exceso de calcio y las molestias prostáticas.

Prueba: alternativas vegetales como la leche de avena, la leche de almendras o el yogur de coco (preferiblemente sin azúcar añadido).
Consumo regular de alcohol: un disruptor endocrino subestimado

Tomar algo con amigos no es un problema. Pero consumido con demasiada frecuencia, el alcohol sobrecarga el hígado, un órgano clave en la regulación hormonal. Y cuando este sistema funciona mal, la próstata puede sufrir.

Alternativas: agua con gas casera, infusiones digestivas o cócteles sin alcohol bajos en azúcar.

Fritos: crujientes… pero inflamatorios

Papas fritas, donuts, nuggets… Estos alimentos suelen cocinarse en aceites reutilizados, ricos en grasas trans y toxinas. Su consumo promueve el estrés oxidativo, perjudicial para las células prostáticas.

El enfoque correcto: hornearlos con un chorrito de aceite de oliva o usar una freidora de aire para limitar las grasas nocivas.

Azúcares ocultos y carbohidratos refinados: consumir con precaución.

Pan blanco, refrescos, snacks procesados… Estos productos provocan picos de azúcar en sangre y mantienen la inflamación crónica, un factor agravante para la salud de la próstata.

Opta por: fruta fresca, avena, quinoa, boniato o pan integral.