El día de la boda que nos enseñó el verdadero significado de la inclusión

Mi ausencia no fue silenciosa; se notó.

Y de repente, la historia ya no trataba de “una estética perfecta”, sino de por qué una hermana sentía que elegir su identidad no era bienvenido en una celebración familiar.

Más tarde esa misma noche, mi hermana llegó a mi puerta vestida de novia, con los ojos llenos no de ira, sino de comprensión.

Me dijo que los invitados habían preguntado por mí toda la noche y que nunca esperó que tantos cuestionaran su elección.

Admitió que, en su afán por la belleza, olvidó que la verdadera belleza incluye el amor, la aceptación y las personas que nos apoyan en todo momento.

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