Dolor intenso causado por contracciones involuntarias de uno o más músculos, de forma repentina y prolongada, principalmente en los miembros inferiores, haciéndose visibles los músculos y tendones contraídos. Estos son indicios de calambres que aparecen sin previo aviso y la sensación de dolor parece interminable incluso cuando sólo duran unos segundos.

Los calambres, según el ortopedista y traumatólogo Joaquim Reichmann, son provocados por la práctica de deporte o de determinadas actividades profesionales. Sin embargo, las contracciones nocturnas de las piernas, especialmente en los ancianos, no tienen una causa aparente, pero pueden estar asociadas a algunas enfermedades sistémicas.

“Algunos estudios también apuntan a la deficiencia de magnesio, que impide dormir, provoca dolor y espasmos musculares en las piernas y resulta extremadamente desagradable. La suplementación con magnesio puede eliminar hasta el 90% de los calambres nocturnos y estirarse antes de acostarse también ayuda a reducir la aparición de ataques”, informa.

Otra alternativa durante un ataque de calambres es estirar el músculo y masajear la zona con movimientos circulares. Cuando se presentan calambres en las piernas, la persona debe ponerse de pie y colocar peso sobre la pierna afectada, doblando la rodilla para estirar los músculos de la pantorrilla. Si no puede mantenerse de pie, debe sentarse, estirar la pierna y llevar los pies hacia atrás con las manos. Aplicar calor en la zona también ayuda a relajar los músculos.