Seamos sinceros: ¿quién no se ha alegrado alguna vez de tener que limpiar el horno? Entre la grasa incrustada, las salpicaduras olvidadas y el calor sofocante, es EL rincón de la cocina que menos nos gusta mirar. El resultado: lo posponemos, nos olvidamos… hasta el temido día. ¿Pero qué pasaría si un simple truco pudiera cambiarlo todo? Una técnica transmitida de madre a hija, sin fregar ni usar productos químicos agresivos. Te prometemos que es más fácil de lo que crees.
El ingrediente inesperado que hace maravillas
Es el secreto de la abuela que se encuentra en… ¡una cápsula para lavavajillas! Sí, esa que se coloca en el compartimento de la vajilla sucia. ¿Por qué funciona? Porque estas pequeñas cápsulas contienen agentes desengrasantes muy potentes diseñados para eliminar hasta la suciedad más incrustada. Y combinado con el vapor, todo el interior del horno se ablanda suavemente. Increíble, ¿verdad?
Lo que necesitas para este método casero de limpieza a vapor
