Nos encanta por su agradable aroma, su reconfortante calidez y el pequeño empujón que nos da al despertar. Pero detrás de este ritual diario a veces se esconde un efecto indeseable. ¿Y si tu fiel taza de café fuera la responsable de esas pequeñas molestias que atribuyes al estrés o al cansancio? Ciertas señales no mienten… y podrían animarte a relajarte un poco.
¿A menudo te sientes nervioso o irritable?
Inquietud persistente, palpitaciones sin motivo, una sensación de estar constantemente “al límite” . Podría ser culpa de beber demasiado café. En exceso, la cafeína estimula tanto el sistema nervioso que acaba causando el efecto contrario al deseado: en lugar de energizar, provoca ansiedad e incluso desencadena ataques de pánico en personas sensibles. Un buen indicador para bajar el ritmo.
Noches sin descanso y sueño alterado
