Los criminales se ponían en contacto con personas que habían utilizado las redes para denunciar algún problema con su cuenta, ante la imposibilidad de asistir a los bancos, que por muchos meses permanecieron cerrados al público durante la cuarentena.
Haciéndose pasar por representantes del banco, los delincuentes lograban obtener los datos de la cuenta de la víctima. Antes de vaciarla a través de la banca online, pedían un préstamo pre-acordado.
Así, las víctimas no solo perdían todo el dinero en sus cuentas. También quedaban endeudados, en algunos casos por cifras muy por encima de sus ingresos.
En realidad, pretenden robarlas. Ilustración de un hombre en traje sosteniendo una maleta llena de
En varios países, estafadores pretenden ser funcionarios del gobierno que ayudan a gestionar las ayudas estatales.
Otra forma de estafa común en países donde se otorgan ayudas estatales es la de los llamados de personas que afirman ser gestores del gobierno. En realidad, se trata de timadores que buscar obtener información para robar esos pagos.
En enero pasado, la FTC de EE.UU. informó que había recibido más de 225.000 quejas de consumidores relacionados con este tipo de fraude. En total, se estima que más de US$309 millones de asistencia económica terminaron en manos de delincuentes.
El organismo también ha advertido sobre otra forma de estafa: la de los rastreadores de contactos falsos.
Son personas que llaman a sus víctimas y les dicen que estuvieron con alguien que dio positivo de covid.
