Un error común que cometen muchas personas
La imagen de despertarse y tomar inmediatamente una taza de café, a veces incluso antes de cepillarse los dientes, desayunar o levantarse de la cama, se ha convertido en un ritual célebre en la cultura actual. Sin embargo, este hábito aparentemente inofensivo puede ser más perjudicial de lo que la mayoría de la gente cree.
Con agendas apretadas, ayunos intermitentes o simplemente falta de apetito matutino, muchos se saltan el desayuno o posponen las comidas. Tomar café en estas circunstancias sobrecarga considerablemente el sistema digestivo.
El riesgo aumenta para quienes consumen varias tazas seguidas o eligen opciones más fuertes, como el espresso o el café de filtro concentrado, ya que el impacto en el revestimiento del estómago se vuelve mucho más severo.
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