Las carcajadas de algunos espectadores resonaron en el teatro y Esperanza sintió que las mejillas le ardían de vergüenza.
Pero entonces recordó las palabras de su abuela:
“Mi hija, cuando el mundo trate de hacerte pequeña, tú baila más grande.”
Se irguió completamente y respondió con voz firme:
—Voy a bailar una fusión de danza contemporánea con elementos tradicionales de la guelaguetza, señor.
El desprecio en los ojos de Rodrigo se intensificó.
—Qué original —dijo con sarcasmo—. Seguro nos vas a mostrar algo que nunca hemos visto antes.
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