Calentar la Leche
En una cazuela grande, calienta la leche a fuego medio hasta que esté caliente, pero sin dejar que hierva. Esto ayudará a que la mezcla tome la textura adecuada sin que los huevos se cocinen prematuramente.
3. Unir las Mezclas
Poco a poco, vierte la leche caliente sobre la mezcla de huevos y maicena, batiendo constantemente. Este paso es crucial para evitar que los huevos se cocinen de forma abrupta y se formen grumos.
Cocinar la Mezcla
Vuelve a colocar la mezcla en la cazuela y cocina a fuego bajo, removiendo constantemente. Debes seguir mezclando hasta que la preparación espese, lo que suele tardar entre 10 y 15 minutos. No dejes de remover para lograr una textura homogénea.
5. Incorporar la Mantequilla
Una vez que la mezcla haya espesado, añade la mantequilla y remueve hasta que se derrita completamente. Esto le dará un acabado más cremoso y un sabor más suave.
Verter en el Molde y Refrigerar
Engrasa un molde con un poco de mantequilla y vierte la mezcla en él. Deja enfriar a temperatura ambiente y, luego, refrigera durante al menos 4 horas, o hasta que el pastel esté completamente firme.
7. Servir y Disfrutar
Puedes servirlo tal cual o decorar con un poco de canela en polvo o frutas frescas para darle un toque especial.
Consejos para un Pastel Perfecto
Para un sabor más intenso, puedes agregar ralladura de limón o naranja a la mezcla.
Si prefieres una versión más dulce, puedes aumentar la cantidad de azúcar según tu gusto.
Acompáñalo con un café o un té para disfrutar al máximo su sabor.
Este pastel de leche es una opción perfecta para cualquier ocasión. Su textura suave y su sabor cremoso lo convierten en un postre irresistible. ¡Anímate a prepararlo y sorprende a tu familia con esta delicia casera!
