Imagina la escena: cuatro niños cómodamente instalados en las ramas de un gran árbol. El sol brilla, el ambiente parece alegre… hasta que a uno de ellos se le ocurre sacar una sierra. ¡Y entonces, todo cambia!
Lo que al principio parece inofensivo pronto se convierte en un verdadero enigma. Uno de los niños está a punto de cometer un error tan obvio que uno se pregunta cómo no se da cuenta. Pero cuidado: este pequeño juego de observación esconde más lógica de la que aparenta.
¿Quién comete el mayor error? Tómate unos segundos para visualizar la escena e intenta adivinar antes de seguir leyendo.
Observa antes de juzgar: la trampa de las primeras impresiones
A primera vista, la respuesta parece sencilla: el que corta la rama en la que está sentado, ¿verdad? Inmediatamente pensamos que se caerá y que, por lo tanto, es el candidato perfecto para el “mayor error”.
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