¿Quiénes corren riesgo?
Las personas con alergias conocidas son más propensas a desarrollar urticaria. También puede correr el riesgo de desarrollar urticaria si toma medicamentos o si se expone sin saberlo a sustancias a las que puede ser alérgico, como alimentos o polen. Si ya padece una infección o una afección médica, puede ser más vulnerable a desarrollar urticaria.
Los síntomas de la urticaria crónica incluyen:
– Aparición de ronchas, llamadas habones, que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
– Ronchas que pueden ser rojas, moradas o del color de la piel, según el color de la misma.
– Ronchas que varían de tamaño, cambian de forma y aparecen y desaparecen repetidamente.
– Picazón, también llamada prurito, que puede ser intensa.
– Hinchazón dolorosa, llamada angioedema, alrededor de los ojos, las mejillas o los labios.
– Brotes provocados por el calor, el ejercicio o el estrés.
– Síntomas que persisten durante más de seis semanas y se repiten con frecuencia y en cualquier momento, a veces durante meses o años.
Cómo encontrar alivio: Opciones de tratamiento
El primer paso para recibir tratamiento es determinar si realmente tiene urticaria. En la mayoría de los casos, un médico podrá determinar si tiene urticaria mediante un examen físico. Su piel mostrará signos de las ronchas asociadas con la urticaria.
Un médico también podría realizar análisis de sangre o pruebas cutáneas para determinar la causa de la urticaria, especialmente si fue resultado de una reacción alérgica.
Si experimenta un caso leve de urticaria no relacionada con alergias ni otras afecciones, es posible que no necesite tratamiento con receta. En estas circunstancias, un médico podría sugerirle que busque alivio temporal mediante:
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