Después del enjuague, llega uno de los momentos más importantes del proceso: el secado. Seca la fruta con papel absorbente o un paño de cocina limpio. También puedes dejarla reposar unos minutos al aire, pero asegúrate de que esté completamente seca antes de guardarla.Utensilios de cocina
La humedad es el enemigo número uno de la fruta fresca. Incluso una pequeña cantidad de agua puede provocar la aparición de moho en cuestión de días, especialmente en frutas sensibles.
El almacenamiento adecuado marca la diferencia
Una vez que la fruta esté totalmente seca, guárdala en frascos de vidrio limpios y bien cerrados. Este tipo de almacenamiento protege la fruta del aire, la humedad y los contaminantes externos, ayudando a mantenerla fresca durante mucho más tiempo.
Este método resulta especialmente eficaz para frutas como:
Plátanos (especialmente cuando están maduros pero firmes)
Fresas, frambuesas y arándanos
Uvas
Cerezas
Manzanas cortadas
Las bayas, en particular, suelen estropearse rápidamente debido a su piel delicada. Con este sistema, pueden durar varios días más en perfecto estado, manteniendo su textura y sabor
Beneficios reales de este método
Añadir estos pequeños pasos al proceso de preparación y almacenamiento de la fruta ofrece múltiples beneficios:
