2. Añadir la esencia de vainilla:
Agrega la esencia de vainilla a la mezcla y revuelve hasta que esté bien incorporada.
3. Mezcla en la batidora o licuadora:
Para obtener una textura más suave y sin grumos, puedes batir ligeramente la mezcla con una batidora de mano o usar una licuadora por unos 30 segundos. Esto también ayudará a que la mezcla se airee y quede más cremosa.
4. Congelar:
Si tienes una máquina para hacer helados: Vierte la mezcla en la máquina de helados y sigue las instrucciones del fabricante. Esto generalmente tomará entre 20 y 30 minutos.
Si no tienes máquina para helados: Vierte la mezcla en un recipiente apto para congelar, cubre con papel film o una tapa, y colócalo en el congelador. Cada 30-45 minutos, saca el recipiente y bate la mezcla con un tenedor para romper los cristales de hielo. Repite este proceso durante 3-4 horas para obtener una textura cremosa.
5. Agregar frutas (opcional):
Si deseas, puedes agregar trozos de frutas (fresas, duraznos, etc.) cuando el helado ya haya comenzado a congelarse, ya sea en la máquina o después de unas horas de congelación. Esto le dará un toque extra de frescura y sabor.
6. Servir:
Una vez que el helado tenga la consistencia deseada (cremoso y firme), está listo para servir.
Si el helado está muy duro, deja que repose unos minutos a temperatura ambiente antes de servirlo para que sea más fácil de sacar.
Consejos:
Si te gusta el helado muy cremoso: Asegúrate de batir la mezcla cada cierto tiempo durante la congelación si no usas una máquina de helados, esto evitará que se formen cristales de hielo grandes.
Variedades: Puedes agregar otros sabores, como un toque de canela, coco rallado o incluso un poco de licor (como ron o licor de cacao) para darle un giro diferente
