¿Las causas principales?
Un conjunto de factores, a menudo combinados:
Predisposición genética : algunas familias se ven más afectadas.
Sobrepeso : cada kilo de más aumenta la carga sobre la articulación.
Ocupaciones físicas o deportes repetitivos : trabajos pesados o movimientos repetitivos favorecen el desgaste.
Historial de lesiones (fracturas, luxaciones) o enfermedades articulares como poliartritis.
Señales que deberían alertarte
Rigidez matutina que mejora con el movimiento.
Dolor de cadera al caminar, subir escaleras o levantarse.
Dificultad para calzarse los zapatos, agacharse.
Sensación de roce o crujido en la articulación.
Dolores referidos a la ingle, muslo o rodilla.
Fatiga muscular, problemas de equilibrio, dolor nocturno o sensación de calor en la cadera .
Buenas noticias: puedes vivir con una cadera desgastadaNo es necesario esperar a sentir un dolor intenso para actuar. El diagnóstico temprano puede retrasar la progresión del desgaste y mejorar la calidad de vida.
A continuación se presentan algunas soluciones recomendadas:
Aliviar el dolor
Paracetamol o antiinflamatorios ocasionalmente, siempre según consejo de un profesional de la salud.
Muévete… pero con cuidado
Actividades recomendadas: natación, ciclismo, caminata regular en terreno llano.
