Permanecer sentado o acostado durante largos periodos de tiempo
reduce el flujo sanguíneo, especialmente en las piernas. Esto puede provocar hinchazón, varices y, en casos más graves, trombosis venosa profunda.
Falta de ingesta de líquidos.
Muchas personas mayores tienen menos sed, pero eso no significa que necesiten menos agua. La deshidratación provoca que la sangre se espese, lo que dificulta la circulación y aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos.
Usar ropa demasiado ajustada.
Los pantalones, las medias o los cinturones demasiado ajustados pueden comprimir las venas, especialmente en las piernas y el abdomen, reduciendo así el flujo sanguíneo.
Hipertensión
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