Deja de culpar al agua: esta es la verdadera razón por la que te despiertas a las 2 de la mañana

Durante el día, la gravedad hace que los líquidos se acumulen en las piernas y tobillos. Al acostarte, ese exceso de líquido se redistribuye hacia la circulación sanguínea, lo que obliga a los riñones a trabajar más y genera la necesidad de orinar.

Además, cambios en la temperatura corporal pueden alterar el sueño profundo, volviéndote más sensible a cualquier señal interna, incluso cuando la vejiga no está completamente llena.
Por último, el estrés y los desajustes hormonales durante la madrugada activan el sistema nervioso, despertándote sin razón aparente.
El papel de la posición para dormir
La postura en la que descansas puede ser clave. Dormir boca arriba favorece la redistribución de líquidos hacia el centro del cuerpo, lo que aumenta la actividad de los riñones. En cambio, dormir de lado, especialmente sobre el lado izquierdo, alivia la presión sobre la vejiga y mejora la circulación.