2. Te marcan como seguro
Los gatos tienen un olfato increíblemente desarrollado. Poseen glándulas odoríferas en las mejillas, la barbilla, la frente y la base de la cola que liberan feromonas: señales químicas que les ayudan a comunicar seguridad, territorio y familiaridad.
Cuando tu gato frota su cabeza o cuerpo contra ti, te está marcando con su olor. Para ellos, es una forma reconfortante de decir: “Eres parte de mi círculo”. Estas feromonas actúan como anclas emocionales, recordándole a tu gato que formas parte de su espacio seguro.
Sin embargo, estos olores se desvanecen con el tiempo, por lo que tu gato necesitará “reaplicarlos” frotándose contra ti. Los gatos que viven en hogares con varios gatos hacen lo mismo entre sí para crear un olor familiar compartido, lo que les ayuda a reconocer quién pertenece al grupo y quién es un extraño.
3. Buscan tu atención
A veces, frotarse es la forma educada (o no tan educada) que tiene tu gato de decir: “¡Oye, fíjate en mí!”.
Pueden hacerlo cuando quieran:
Frotarse o acariciarse
Comida o premios
Juego o estimulación
Acceso al exterior
Si respondes constantemente dándoles lo que quieren, aprenderán rápidamente que frotarse funciona y seguirán haciéndolo. Esto está bien para dar cariño o jugar, pero ten cuidado de no ceder cada vez que pidan comida. En lugar de eso, respeta su ración diaria de comida y redirige su atención hacia el juego o las caricias para evitar que suba de peso.
Si tu gato se frota contra ti porque quiere salir, podrías considerar instalar una gatera. De lo contrario, ¡prepárate para abrirle la puerta cuando te lo pida!
