Cáncer de pulmón: 6 objetos cotidianos que perjudican tu salud

Velas aromáticas y ambientadores

Las velas aromáticas y los ambientadores, que suelen utilizarse para mejorar la atmósfera de espacios cerrados como los baños o para enmascarar olores desagradables, están fabricados con materiales nocivos como el limoneno y los ftalatos.

El limoneno, aunque inofensivo en su forma pura y conocido por su aroma a limón, puede transformarse en formaldehído, un carcinógeno, al liberarse al aire. El formaldehído puede causar reacciones inflamatorias, hepatotoxicidad, cáncer de pulmón y de mama, y ​​afectar a mujeres embarazadas y fetos con exposición prolongada.

Los ftalatos presentes en las velas aromáticas prolongan la difusión de la fragancia, pero son disruptores endocrinos. La exposición excesiva puede causar alteraciones hormonales, aumentar el riesgo de cáncer de hígado y afectar a mujeres embarazadas y fetos.

Quemar velas aromáticas en interiores, especialmente en dormitorios, puede aumentar los niveles de monóxido de carbono, lo que provoca mareos, dolores de cabeza y náuseas. Utilice estos productos económicos y considere desodorizar su hogar con regularidad.

Los humidificadores se han vuelto esenciales para humedecer el aire seco, tanto en verano como en invierno. Sin embargo, aún existen dudas sobre su seguridad, especialmente en las habitaciones de los niños pequeños.

Un estudio reveló que el agua del grifo y el agua purificada utilizada en humidificadores contienen microorganismos después de una sola noche. Los humidificadores promueven el crecimiento bacteriano debido al agua estancada que contienen.

Si no realiza el mantenimiento adecuado de su humidificador, pueden proliferar bacterias dañinas como Pseudomonas aeruginosa, Streptococcus pneumoniae y Legionella, causando diversas enfermedades respiratorias. Limpie a fondo el depósito de su humidificador cada dos días y déjelo secar completamente cuando no lo use.

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