Arcilla + tomate para poros dilatados
Espolvorea un poco de arcilla en polvo (como arcilla verde o blanca) sobre una rodaja de tomate y aplícala en las zonas afectadas.
Efecto inmediato: La arcilla absorbe el exceso de sebo y cierra los poros. Úselo dos o tres veces por semana.
Polvo de arroz + tomate para refinar la textura de la piel.
Añade una pizca de polvo de arroz a una rodaja de tomate, masajea suavemente durante 2 minutos, deja actuar y luego enjuaga.
¿El secreto? Este dúo limpia profundamente respetando la piel sensible.
Aloe vera + tomate para calmar el enrojecimiento
Aplica un poco de gel de aloe vera sobre el tomate, extiéndelo sobre tu rostro y déjalo actuar durante 10 minutos.
¿Por qué es genial? El aloe vera calma y el tomate revitaliza. Ideal después de la exposición al sol o del calor excesivo.
Bálsamo protector + tomate para piel seca
Sumerge la rodaja de tomate en un poco de bálsamo como vaselina o cold cream , masajea suavemente y deja actuar.
¿Los beneficios? Mayor hidratación, piel tersa y una tez más luminosa. Ideal para la tirantez.
Aceite de oliva + tomate para un efecto “glossy”
Vierte unas gotas de aceite de oliva sobre una rodaja de tomate, masajea suavemente y deja actuar durante 15 minutos.
Objetivo piel luminosa: este dúo hidrata intensamente, alisa e ilumina visiblemente la tez.
Una fruta sencilla, resultados visibles: ¡ el tomate merece su lugar en tu rutina de belleza!
