Sinceramente decimos: ¿quién no se ha alegrado alguna vez de tener que limpiar el horno? Entre la grasa incrustada, las sales olvidadas y el calor sofocante, lo que más disfrutamos es el lavado de la cocina. El resultado: lo posponemos, nos olvidamos… hasta el temido día. ¿Pero qué tal si algo tan simple pudiera cambiarlo todo? Una técnica transmitida de madre a hijo, sin costo ni uso de productos químicos agresivos. Te prometemos que es muy fácil de preparar.
El ingrediente inesperado que hace maravillas
Es el secreto de la abuela que aprendes en… ¡una cápsula para lavar! Sí, se encuentra en el compartimento del fregadero. ¿Cómo funciona? Estas pequeñas cápsulas contienen agentes desecantes lo suficientemente potentes como para eliminar la suciedad más incrustada. Al combinarse con el vapor, todo el interior del horno queda impecable. Increíble, ¿verdad?
¿Qué se necesita para este método de limpieza con vapor?
Solo necesitas:
1 cápsula de detergente (en gel o sólido, da igual)
1 tubo para la bocina o cacerola
Agua del grifo
Un paño de microfibra o una esponja suave
No te preocupes por los productos químicos agresivos: ¡puedes respirar tranquilo!
No te preocupes por un resultado impecable.
Precalienta la bocina a 90-95 °C (¡no más!).
Ahora, abre el grifo y añade la cápsula de detergente.
Una vez que la bocina esté caliente, coloca la fuente en la salida central.
Cierra la puerta y deja reposar durante 1 hora. ¡Aprovecha para hacer otra cosa!
Después de una hora, la bocina se ha apagado y se ha enfriado durante unos minutos. Mantén la puerta cerrada con vapor.
Simplemente limpia el interior con un paño húmedo: ¡la grasa desaparecerá como por arte de magia!
¿Por qué dura tanto este método?
