Para potenciar el efecto del vinagre, algunas personas añaden una pizca de bicarbonato de sodio o un poco de alcohol isopropílico. Pero ten cuidado: nunca mezcles estos productos con lejía, ya que puede liberar vapores tóxicos.
¿Y si la mancha sigue visible?
Es importante saber que una mancha de lejía suele provocar una decoloración permanente. Estos consejos ayudan a neutralizar el producto y a evitar que la mancha se extienda, pero no restaurarán el color original. Sin embargo, puedes:
Tiñe la prenda de un solo color para disimular la mancha.
Personaliza la zona afectada con un parche, insignia o bordado.
O simplemente… ¡luce tu estilo! Hay quienes transforman las manchas en diseños tie-dye para un look único. Una mancha de lejía nunca es agradable, pero no hay que alarmarse. Con un poco de vinagre blanco o tiosulfato de sodio, puedes minimizar el daño y darle una segunda vida a tu prenda favorita
