¿Cómo usarlo?
Protégete las manos con guantes.
En un recipiente, mezcla 250 ml de agua tibia con una cucharada de tiosulfato de sodio.
Aplica esta mezcla directamente sobre la mancha de lejía, sin frotar.
Déjala actuar unos minutos y luego enjuaga bien con agua fría.
Finalmente, lava la prenda como de costumbre en la lavadora.
Este consejo es especialmente útil si la mancha es reciente. Detiene la acción de la lejía y minimiza el daño visible. Precaución: No decolorará la tela, pero evitará que se dañe aún más.
Consejo n.º 2: Vinagre blanco, un imprescindible en casa
Si no tienes tiosulfato a mano, ¡no te preocupes! El vinagre blanco también puede ser la solución. Se usa frecuentemente para neutralizar químicos, incluyendo la lejía.
¿Cómo proceder?
Comienza enjuagando bien la prenda con agua fría para eliminar cualquier residuo de lejía.
Vierte un poco de vinagre blanco puro directamente sobre la mancha.
Déjalo actuar unos minutos y luego frota suavemente con un paño limpio.
Enjuaga de nuevo y deja secar al aire.
Si es necesario, puedes repetir el proceso.
