Los refrescos están llenos de calorías vacías y ralentizan el metabolismo, lo que provoca que el cuerpo almacene más grasa. Los refrescos dietéticos no son mejores, ya que contienen edulcorantes que pueden aumentar el hambre. Una lata de refresco contiene aproximadamente 150 calorías y puede causar hinchazón debido al dióxido de carbono. Los zumos de frutas comerciales no son una alternativa ideal porque suelen estar cargados de azúcar y carecen de valor nutricional. Opta por agua o tés helados caseros sin azúcar.
Comida rápida:
La comida rápida combina grasas, azúcares y aditivos químicos en grandes cantidades. Las grasas tardan mucho en digerirse, lo que provoca hinchazón, mientras que el azúcar va directamente a los intestinos. Además, los aditivos afectan negativamente a las bacterias beneficiosas del intestino, contribuyendo a la obesidad. Elige tentempiés alternativos como frutas o verduras frescas.
Mayonesa: La mayonesa tiene un 80 % de grasa, y una cucharada de esta salsa contiene aproximadamente 100 calorías. Sustitúyela por purés de verduras o hummus para una alternativa más saludable y baja en calorías.
