Todos hemos cometido ese pequeño error: una gota de lejía y ¡zas!, aparece una mancha fea en nuestra prenda favorita. La lejía, tan práctica para la limpieza, puede, lamentablemente, dañar las telas. Pero antes de que te despidas de tu camisa o vestido adorado, debes saber que existen soluciones naturales y fáciles de conseguir para intentar reparar el daño.
¿Te animas a probar dos trucos caseros para minimizar el daño? ¡Sigue la guía!
¿Por qué la lejía daña la ropa?
La lejía es un potente agente oxidante. En las superficies, es un excelente desinfectante. Pero en las telas, altera los pigmentos del color, dejando a menudo marcas más claras (o incluso blanquecinas) difíciles de ignorar. Además de la decoloración, puede debilitar las fibras textiles si no se enjuaga bien.
Por suerte, algunos trucos pueden neutralizar los efectos de la lejía y, a veces, minimizar las manchas visibles. Aquí te presentamos los dos más efectivos.
Consejo n.º 1: Tiosulfato de sodio, un neutralizador muy eficaz
Este producto no es muy conocido, pero se usa con frecuencia para neutralizar los efectos de la lejía. El tiosulfato de sodio se usa a menudo en laboratorios para detener la acción del cloro. Puedes encontrarlo en farmacias o en internet.
